La NASA comienza a elegir su nuevo ‘transbordador’ espacial
Hace unos meses, la NASA lanzaba un concurso para que empresas privadas solucionaran la situación en la que se había quedado tras la jubilación de los transbordadores espaciales. Su intención es dejar de depender de los cohetes rusos y lanzar naves estadounidenses desde territorio estadounidense con la mayor rapidez y eficacia posible.
Esta semana la compañía Boeing ha presentado el primer proyecto para este concurso, en el que por ahora sólo hay tres competidores –los otros son Sierra Nevada Corp. y Space X–, al que ha llamado CST-100 y que, según aclara la empresa “cumple todas las claves que daba la NASA para su construcción”, incluido el presupuesto.
CST-100 cuenta con cinco asientos reclinables, una escotilla y ventanas, la consola de control de los pilotos con varias tabletas conectadas a las interfaces del equipo, con conexión inalámbrica a Internet, un puerto de acoplamiento a la ISS y un amplio espacio para 220 kilogramos de almacenamiento de carga.
El interior cuenta con iluminación LED, con un tono azul ajustable, basada en los aviones 787 Dreamliner de la compañía que, según han apuntado, mejoran el ambiente para la tripulación.
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Este vehículo, también conocido como ‘taxi espacial’, también ha aprobado los exámenes de la NASA en relación a la Fase Dos de Lanzamiento, al Transporte de la Tripulación y la Revisión Crítica del Diseño (CDR) de sus sistemas integrados, como propulsión software, aviónica, aterrizaje, potencia y sistemas de acomplamiento, entre otros.
“El desafío de un CDR es asegurar que todas las piezas y subsistemas están trabajando juntas”, ha explicado John Mulholland, de Boeing, a ‘Universe Today’
“El primer vuelo de prueba orbital tripulado está previsto en enero 2017 y puede que vaya a la Estación Espacial Internacional (ISS)”, ha explicado la empresa.
Boeing ha recibido la mayor parte de la financiación –480 millones de dólares– de la NASA, mientras que SpaceX recibió 460 millones para su proyecto (Dragón V2) y Sierra Nevada Corp. 227 millones para ‘Dream Chaser mini-lanzadera’.
Esta semana la compañía Boeing ha presentado el primer proyecto para este concurso, en el que por ahora sólo hay tres competidores –los otros son Sierra Nevada Corp. y Space X–, al que ha llamado CST-100 y que, según aclara la empresa “cumple todas las claves que daba la NASA para su construcción”, incluido el presupuesto.
CST-100 cuenta con cinco asientos reclinables, una escotilla y ventanas, la consola de control de los pilotos con varias tabletas conectadas a las interfaces del equipo, con conexión inalámbrica a Internet, un puerto de acoplamiento a la ISS y un amplio espacio para 220 kilogramos de almacenamiento de carga.
El interior cuenta con iluminación LED, con un tono azul ajustable, basada en los aviones 787 Dreamliner de la compañía que, según han apuntado, mejoran el ambiente para la tripulación.
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Este vehículo, también conocido como ‘taxi espacial’, también ha aprobado los exámenes de la NASA en relación a la Fase Dos de Lanzamiento, al Transporte de la Tripulación y la Revisión Crítica del Diseño (CDR) de sus sistemas integrados, como propulsión software, aviónica, aterrizaje, potencia y sistemas de acomplamiento, entre otros.
“El desafío de un CDR es asegurar que todas las piezas y subsistemas están trabajando juntas”, ha explicado John Mulholland, de Boeing, a ‘Universe Today’
“El primer vuelo de prueba orbital tripulado está previsto en enero 2017 y puede que vaya a la Estación Espacial Internacional (ISS)”, ha explicado la empresa.
Boeing ha recibido la mayor parte de la financiación –480 millones de dólares– de la NASA, mientras que SpaceX recibió 460 millones para su proyecto (Dragón V2) y Sierra Nevada Corp. 227 millones para ‘Dream Chaser mini-lanzadera’.